Su estado de salud fue el detonante de su despedida de la canchas y es que la presión que involucra cada uno de los juegos que enfrentaba, junto la responsabilidad de estar en una de las escuadras más importantes de Costa Rica le terminó pasando factura a un Carlos Watson que dijo adiós entre lágrimas.
"Le voy a ser sincero, siento que podía dar más. Cierro el capítulo. Además, es un peligro para mí", aseguró el timonel tibaseño.
Junto a esto el "domador del Monstruo" destacó que el dejar de ser entrenador, no significará que se olvidará del deporte que tanto le ha dado, ya que seguirá prestándole atención, aunque en esta ocasión lo hará como un espectador más desde el sillón de su casa.
"Yo no quisiera estar dirigiendo por ahí y que se presente un espectáculo, de que me sucediera algo. Voy a ver si puedo disfrutar del fútbol de otra manera, viéndolo desde afuera, que siempre es muy lindo ver el fútbol", finalizó con los ojos vidriosos, el que hasta ayer el timonel "morado" desde la sala de conferencia de prensa.