Un cabezazo, soberbio, de Gerard Piqué evitó que el Espanyol acabase con la condición de invicto del Barça en la Liga. El Barça sobrevivió bajo la tormenta en un ejercicio de lucha incansable, no rebajándose a aceptar la derrota tras el 1-0, también excepcional, de Gerard Moreno y dirigiéndose el derbi a un final explosivo, que acabó con 1-1 en el marcador y casi una batalla en el césped.
Piqué prometió nuevas emociones en el derbi y lo cumplió a rajatabla, acabando el partido renqueante y casi peleado con el otro Gerard, que le señaló en el 1-0 y casi le lesionó tras el 1-1. Lo consiguió el Barça después de que Valverde retrocediera de sus propias decisiones y a la hora de partido metiera en el campo a Messi, al que sentó por tercera vez en la temporada, primera en la Liga.
El Espanyol, que cortó una racha de 29 partidos oficiales sin perder del Barcelona en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey, abrazó la posibilidad de acabar con su racha liguera. Y estando cerca de conseguirlo, tuvo que acabar por conformarse con la igualada más peleada que se recuerda entre los dos equipos en terreno blanquiazul.
Una tormenta de agua, una ventisca incómoda, un frío atroz y un Espanyol hipermotivado se convirtieron en mezcla fatal para el Barça, que pareció entrar en el derbi más preocupado por la eliminatoria de Copa frente al Valencia que por mantener su racha sin caer en Liga, lo que se apreció, de entrada, con la alineación de un Valverde que dejó en el banquillo a Messi. Y a Rakitic, Sergi Roberto o Jordi Alba.
Intenso y peleón el Espanyol, al Barcelona le costó entrar en juego, aunque juntar a Iniesta con Coutinho le daba brillantez al juego del líder, enfrentado a una excelsa entrega periquita, que alcanzó el descanso con el 0-0 y se abrazó al milagro cuando, ya con Messi en el césped, se vio por encima en el marcador gracias a un centro excelente de Sergio García y un cabezazo igualmente excelso de Gerard Moreno, que le ganó la posición a Piqué.
Se revolvió el Barça contra el derrumbe, sobre un césped ya imposible, y sin solución de continuidad en el juego en busca del empate, que encontró en la recta final con un cabezazo, también genial, de Piqué a centro de Messi... Que dio paso a una celebración especial del central del Barça, solicitando el silencio de la grada que tan mal se portó con su familia en el pasado.
Y se fue el derbi hacia un final explosivo, bajo la lluvia, bajo la tormenta y con los futbolistas perdiendo la paciencia, la calma y hasta la paz que se había visto antes. Entre conatos de pelea acabó el duelo, con el Espanyol orgulloso por su entrega e imagen y el Barça sobreviviendo para mantenerse invicto.
Por: AFP
