Tras el pitazo inicial por parte del referee estadounidense Ismael Elfath, en los sectores de norte y sur comenzó una batalla que perduró por más de 90 minutos; las aficiones de ambos clubes no dejaron de alentar a sus jugadores en el campo de juego.
Por un lado estaban los “rojiamarillos” que intentaron montar la fiesta en el Rosabal, pero no solamente fueron silenciados por los goles de Tigres UANL, sino que desde el otro costado fueron sorprendidos por la gran cantidad de seguidores de los “felinos” mexicanos.
Los dirigidos por el Director Técnico Ricardo Ferretti recibían un impulso desde el sur de la “Casa de Don Eladio”, eso los motivó a concretar los dos goles que parecían eran suficientes para llevar tres puntos a tierras aztecas.
No obstante, los heredianos no bajaron los brazos y en el epílogo del juego sacaron sus garras e igualaron el marcador que apagaba sus ilusiones de continuar con vida en la Liga de Campeones de Concacaf.
Los goles de Yendrick Ruiz y Jairo Arrieta despertaron a los aficionados del Club Sport Herediano, quienes a pesar de no ganar en aliento, se marcharon a sus hogares con la sensación de triunfo al empatar ante quienes se creían ganadores: el Club de Fútbol Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León.