Ante casi 45.000 hinchas en el estadio Beira Rio de Porto Alegre (sur), el argentino Andrés D’Alessandro abrió el marcador cinco minutos después del pitazo inicial y Valdivia puso el 2-0 cuatro minutos después. Hugo Ayala descontó a los 23 y fue expulsado en el segundo tiempo por acumulación de tarjetas.
Pero el ‘colorado’ no pudo anotar más y ese gol del descuento podría salvar al club mexicano en la definición del finalista la semana próxima en el Universitario de Monterrey.
La final se jugará contra al ganador de la otra semifinal entre River Plate y Guaraní. El combinado argentino se impuso el martes en el partido de ida en Buenos Aires por 2-0.
10 minutos, dos goles
Temprano llegaron los dos primeros goles e Internacional pensó que el partido estaba definido, pero si bien Tigres mostró su peor defensa, también sacó las garras en el ataque y le inyectó una dosis de emoción a este juego que por un momento parecía cantado y sería un paseo para los de casa.
La verdad es que poco tiempo tuvo el equipo del carioca nacionalizado mexicano Ricardo Ferreti para acomodarse en campo cuando “Diosalessandro”, como le llaman algunos, anotó el primero en la pizarra del Beira Rio.
Un error garrafal de la zaga: en el momento que Arévalo Ríos intentó devolver el balón a Juninho, Nilmar consiguió tocarla y desviarla para el capitán que con toda su calma se acomodó, miró al portero Nahuel Guzmán a los ojos y mandó un zurdazo al fondo de la red.
El grito de celebración retumbó en todo Porto Alegre y el argentino celebró corriendo hasta la tribuna. Abría el camino para la clasificación a la final, que no disputa desde 2010 cuando consiguió su segundo título. El primero fue en 2006.
Un dato curioso es que el fondo de la banda de capitán de D’Alessandro tiene los colores de la bandera de Rio Grande do Sul, cuya capital es Porto Alegre, y la otra mitad del pabellón argentino.
Con el 1-0 a la pizarra la presión aumentó, Tigres se cerró y trató de evitar el segundo, pero mal pudo frenar a Valdivia, la novel joya del Diego Aguirre (cumpliendo expulsión en este partido, Enrique Carreras en su lugar), que anotó el segundo con clase.
11 contra 10
Ferreti quería la misma actitud en el segundo tiempo, pero todo se vino abajo con la expulsión de Ayala 12 minutos después. Cambio de planes, el zaguero Antonio Briseño entró por Damm y se cerró atrás. La orden ahora era resistir y defender con las uñas ese valioso gol anotado de visitante.
Y con uno más, ‘el colorado’ no fue esa aplanadora de los primeros minutos y el juego perdió emoción.
Un gol que no fue, el de López a los 73, que cabeceó con mucha fuerza un centro de Valdivia pero le sobró puntería… a los guantes de Guzmán. El rebote cayó en los pies de Aránguiz pero perdió tiempo y fue neutralizado.
Y cerró con victoria ‘colorada’ que pudo ser más abultada.