Como si fuera un colectivo, incluso más sencillo, pues solo duró un tiempo; el resto, un simple trámite y con otro gol para ponerle la cereza en el pastel a la paliza. Así fue lo observado sobre el terreno de juego del Carlos Ugalde Álvarez de Ciudad Quesada, un reflejo de la realidad de ambos equipos. Por un lado, uno que ha mostrado estabilidad y de los llamados a ser favoritos para pelear el título, frente a uno lleno de altibajos (más ‘bajos’) y que ha formado parte de los que luchan por no descender.
Apenas en los primeros 25 minutos se resolvió la noche. Primero José Luis Cordero (7’), secundó el siempre goleador Álvaro Saborío (16’) y Esteban Ramírez (25’) cerró la seguidilla de anotaciones. Culminando la primera etapa, Saborío firmó su doblete de la noche.
Con un 4-0 en la primera parte, es poco lo que se puede describir; todo estaba muy claro en cuanto a quién dominaba las acciones, y con qué facilidad.
El complemento fue solo ver correr el tiempo, pero los norteños tampoco querían algún tanto caribeño que los pudiera meter en el juego.
Alberth Villalobos al 65 marcó el quinto, para así continuar el festín local.
Todo parecía vivirse con tranquilidad, sin embargo, lo despreciable de la noche llegó desde la gradería, cuando presuntamente algunos aficionados comenzaron a increpar a los limonenses con insultos racistas, lo que provocó que los jugadores comandados por Ricardo Allen salieran del la cancha en señal de protesta. Esto se dio en el momento en que se decretó un penal para los visitantes, mismo que definió Junior Murillo cerca del final del compromiso.
Excelente y destacable papel del equipo de Luis Marín, pero lamentable el papelón de una parte de sus seguidores por el comportamiento retrógrada mostrado.
Los sancarleños son ahora sub líderes del certamen tras la caída del Deportivo Saprissa, y quedan a solo un paso de consolidar su clasificación.