Alejándose de cualquier signo de alarma que pueda provocar que se cierre el 30 de junio sin la firma del crack, el Barça sostiene que el anuncio llegará, aunque no se haya producido cuando deseaba el presidente Joan Laporta, quien puso tres fechas sobre la mesa como ideales: el 20 de junio en que se celebró la asamblea; el 24 de junio en que celebraba Messi su 34 cumpleaños o el 29, cuando celebró el propio mandatario su 59 cumpleaños.
Desde el ámbito del jugador argentino la cautela, y cierto punto de frialdad, se mantiene en el plano. Desde que a principios de junio desde el Barça se consideró que la permanencia de Leo el club era un hecho, los contactos se han sucedido, con Joan Laporta y Jorge Messi en el primer plano, en un clima de cordialidad pero, sin concretar un documento que en el club tienen listo para la firma sin que se haya llegado a producir.
Sin que se conozca con detalle cuáles son esos flecos que faltarían para consumar la continuidad de Messi, que a partir del primero de julio se entiende ya no sería una renovación sino una firma de contrato con un jugador libre, se entiende que los aspectos fiscales de esa nueva relación, que iría más allá de las dos próximas temporadas en que Leo jugará en el equipo azulgrana, tiene un peso importante, puesto que el futbolista, que diferiría el cobro en los siguientes años, necesita tener la seguridad de que ello no provocará en el futuro ningún problema con la Hacienda española como el que ya padeció en el pasado.
Además, el Barcelona, bajo la estrecha vigilancia de LaLiga, debe rebajar la masa salarial de la plantilla y en ella tiene que encajar el salario de su capitán, que a pesar de reducirse ostensiblemente seguirá siendo, lógicamente, el más alto del vestuario. Ejecutivos del club mantuvieron en los últimos días varias reuniones con representantes de LaLiga en este sentido, tal como reveló su presidente Javier Tebas, en busca de solucionar el tema.
El presidente del Barça reveló en su momento que la cuestión económica no tendría un peso concluyente en el acuerdo y que Leo priorizaba por encima de todo un proyecto deportivo acorde con sus ambiciones, a la vez que una estabilidad institucional y, por supuesto, sentirse arropado desde el club, algo que echó en falta en el pasado reciente hasta el punto de que su enemistad con el ex presidente Josep Maria Bartomeu, a quien acusó de mentirle repetidamente, provocó en agosto de 2020 anunciara su deseo de abandonar el club.
Por: ESPN