Era un partido importante en El Salvador: la final del Torneo Clausura. Un día antes, promotoras regalaban boletos en bares por la compra de cervezas, pero ni eso evitó que se definiera ante un estadio vacío, una plaga que azota al fútbol en Centroamérica.
Los futbolistas sueñan con que su retiro sea un acto inolvidable por el resto de sus vidas. Sin embargo, en muchos casos los olvidados son ellos y en otros, son el estandarte de sus clubes por el resto de la historia.