"Yo me la pasaba jugando al fútbol en la calle. Muchas veces me privé de ver a mis amigos, perdí el contacto con ellos porque todos mis amigos tenían dinero para ir a entrenar y yo no. Una tarde lo conté en mi casa y mi abuela empezó a vender cacerolas. Ella era como mi segunda madre.
Me tomaba un café a las seis de la mañana y me iba a jugar al fútbol a la calle. Llegaba a casa muy tarde. Había horas en las que ya no podía jugar porque todos teníamos que estar en casa, era muy peligroso.
Con mi familia, juntamos dinero como pudimos y me probé en Corinthians. De 100 jugadores pasaban 3. Tenías 10 minutos para demostrar lo que podías hacer. Logré pasar y con 16 años me convertí en profesional".
Luego del partido contra el Inter, Malcom explicó su llanto: "Mi sueño está empezando, mi sueño es hacer historia y hacer grandes cosas. Nada ha sido fácil en mi vida"...
Por: FCBarcelona.com