Con la misma emoción de un gol en el último minuto, narró William Vinasco Che, el 7 de septiembre de 1995, la jugada que sería considerada una de las mejores en la historia del fútbol. El protagonista, un ‘loco’ colombiano: René Higuita.Transcurría el minuto 22 del primer tiempo entre las selecciones de Colombia e Inglaterra en el estadio de Wembley en Londrés, considerado como el templo del balompié mundial, cuando Redknapp, un chico que se destacaba en el Liverpool y fue convocado por primera vez para su nación, pateó al arco y el arquero rival, René, abrió los brazos, estiró su cuerpo hacía adelante, se suspendió en el aire y pocos segundos después rechazó el balón con los guayos. Un desafió a las leyes de la gravedad.
Su acrobacia —al mejor estilo circense— años más tarde sería votada como una de las mejores acciones dentro de una cancha. Ni siquiera los goles de Pelé, ni la recogida de Maradona a los ingleses, ni el tanto de volea de Zidane, muchos menos la peculiar ‘elástica’ de Ronaldinho lograron superar la genialidad del guardameta.
Se cumplen el lunes 20 años de la que es catalogada por muchos como una obra maestra. Otros, en cambio, la consideran como un acto de irresponsabilidad. El País abordó al gestor de la jugada para revivir ese momento que permanece casi que sostenido en el tiempo y en la memoria de quienes disfrutan del fútbol como espectáculo.
Luego de dos décadas de haber hecho la jugada, ¿qué recuerda de ese instante?
El ‘Escorpión’ fue sacado de un juego de niños. Posteriormente se llevó a los entrenos, lo comencé a perfeccionar y después de cinco años decidí hacerlo. Lo que no sabía era dónde, cómo ni cuándo. Es una jugada que sirvió para darme a conocer a mí y a Colombia.
¿Considera que fue una genialidad o una irresponsabilidad?
Esta acción fue una obra de Dios, algo perfecto. Siempre va a existir una opinión dividida y algunos terminaron queriéndome aún más y otros no tanto.
¿Sintió temor de que no lograra realizar bien la acción?
Yo llevaba cinco años practicando la jugada y en ningún momento se me pasó por la cabeza que fuera errar a la hora de golpear el balón.
¿Esa jugada terminó invalidada por el juez de línea?
Al contrario. Yo veo que el juez de línea levanta el banderín para sancionar un fuera de juego, hecho propicio para hacer la acción y si no la conseguía, pues no pasaba nada. Pocos segundos después el línea baja la bandera y es prácticamente quien termina dándole validez a la jugada.
¿Hubo alguien en la cancha que le dijo algo por lo que usted acababa de hacer?
Inmediatamente no. Todos quedaron extrañados, se sintió el murmullo de la gente. Ya en el camerino, cuando terminó el primer tiempo, recuerdo que Hernán (‘Bolillo’ Gómez) pidió aplausos.
¿El ‘Bolillo’ no lo recriminó por esa jugada?
No. Ellos sabían que yo trabajaba serio y en función del equipo.
¿Recibió alguna llamada especial para felicitarlo?
Muchas. Me comentaban que esa genialidad le estaba dando la vuelta al mundo. La gente me manifestaba su admiración por lo que se hizo ese día.
¿Guarda algún recuerdo especial de ese partido?
Conservo el premio que me dieron en Francia en el 2008 cuando distinguieron la jugada como la mejor de la historia del fútbol. Del juego como tal, algunas fotos y videos.
¿El ‘Escorpión’ le sigue generando ingresos económicos por publicidad?
Todavía me sigue dando de comer. En muchas ocasiones me pagan para que repita la jugada. Incluso, la sigo preparando y la idea es mantenerla vigente.
¿Tiene alguna prenda del uniforme que utilizó en ese partido?
Tengo que destapar el baúl porque yo era de esos jugadores que todo lo regalaba. No tengo presente si tengo algo de ese uniforme en particular.
¿Intentó repetir la jugada posteriormente en un partido oficial?
No se presentó más la posibilidad. Es muy difícil que todos los elementos se puedan presentar para repetir la acción.
¿Se acabaron los arqueros ‘shows’ en el fútbol actual?
No creo que haya arqueros de ese tipo ya. Hoy más que nunca se necesita que el arquero sepa jugar en la posición de líbero. Quedan unos cuantos como el alemán Manuel Neuer y el costarricense Keylor Navas, pero no con un estilo marcado como el que yo tenía.
Porque usted era un hombre de correr riesgos en el arco...
A mí me tocó innovar. Con un arquero como yo se les facilitaba a los técnicos el poder implementar otro jugador de mitad de campo hacia arriba.
¿A los nuevos arqueros se les prohíbe salirse del molde básico y clásico?
Todos los preparadores de arqueros trabajan para que en la competencia no les marquen goles. Yo tenía un estilo distinto, para algunos no era bien visto, me gustaba arriesgar y a veces se ganaba y otra cuantas no. Traté siempre de aprovechar mi potencial futbolístico para el bien de los equipos donde jugué.
¿La gente en la calle lo identifica con el ‘Escorpión’?
Por supuesto. Me hablan de esa jugada, del gol de tiro libre que le hice a River Plate jugando para Atlético Nacional y no puede faltar el comentario del gol en contra de Roger Milla en el Mundial de Italia 90.
Hoy en día el aficionado relaciona esa jugada con el famoso comercial de Frutiño...
Claro. Es que después de grabar esa publicidad yo sigo perfeccionando la jugada. Creo que a los únicos que no les gustó el ‘Escorpión’ fue a la gente del comercial porque no me volvieron a contratar... (risas).
¿Usted se inspiró en alguien para ser un arquero de un estilo diferente?
La verdad, no tuve a nadie como referente. Me gustaba ver a Raúl Navarro —guardameta paraguayo de Nacional en los 70—, miraba cómo jugaban los arqueros; y cuando se presentó la posibilidad de debutar, veía que era algo sencillo en el campo. Tiempo después fue la prensa que empezó a destacar el nacimiento de un cancerbero que hacía cosas diferentes.
¿Ha visto algún arquero que haya intentado imitar el ‘Escorpión’?
Definitivamente no. El fútbol se convirtió en un negocio y de resultados. El arquero de ahora no arriesga como lo hacía yo. Es un jugador más simple y sencillo.
¿Cuál es su actualidad en el fútbol?
Llevo cuatro años en el balompié árabe. Soy entrenador de arqueros del Al-Nassr, conociendo una cultura muy bonita y feliz de seguir activo en este mundo.
A usted lo lleva Pacho Maturana a Arabia, luego él se va, ¿qué lo impulsó a quedarse allí?
Tras el licenciamiento de Pacho del equipo, el único de ese cuerpo técnico que permaneció fui yo. Me dieron la opción de crecer como persona y profesional.
¿Lo sedujo la parte económica o el proyecto deportivo?
Lo que pasa es que yo en Colombia no tenía trabajo para la época. Decían que yo era un técnico muy caro para trabajar, pero nunca me hicieron una oferta concreta. Al-Nassr me brindó el espacio para transmitir mis conocimientos.
¿Extraña la bandeja paisa y la arepa con chocolate?
Si uno quiere salir adelante, tiene que dejar sus apegos e incluso a su familia. Cerrar los ojos y echar para adelante. Acá hay otras cosas que te van llenando en lo personal. La soledad sirve para reencontrarse.
¿Ha recibido algún regalo exótico de los jeques?
(Risas...). Ellos son muy detallistas y especiales. Todo lo que uno recibe al final se queda acá. Lo máximo que he recibido acá es un carro de lujo, pero ese tipo de cosas se quedan aquí.
¿Cómo vivir en una sociedad con una religión tan rigurosa y marcada?
Hay que tener respeto por el ser humano y sus creencias. Así de sencillo.
¿Qué podemos esperar de Colombia en eliminatorias?
Al profesor Pékerman hay que darle respaldo y agradecimiento por todo lo que ha hecho. Ese chicharroncito que tiene el ‘profe’ para armar su equipo, es él solo quien debe resolverlo.
¿David Ospina está un peldaño por encima de los demás pensando en el arco nacional?
Es el hombre de la experiencia, con muchos partidos encima. Camilo Vargas espera la oportunidad. Si son convocados es porque ambos tienen grandes condiciones.
¿Ha perdido espacio el arquero colombiana en nuestra liga local?
Hay muchos foráneos en los equipos de Colombia. Estamos en decadencia no de capacidad, sino de oportunidad.
Por: ElPais.com.co