El último Clásico Nacional entre “morados” y la Liga Deportiva Alajuelense es un recuerdo opaco para Ramírez, quien fue expulsado y además sancionado por lo que resta de la fase regular; sin embargo, su ímpetu y amor por la “S” no le impidió ser protagonista en la hazaña de su club en la “Cueva”.
La meta estaba clara para los “morados”: revertir el marcador de 2-0 que cosechó el Club Deportivo Olimpia en territorio hondureño la semana anterior y después de siete días, el escenario se prestó para lograr la conquista que enloqueció a jugadores, cuerpo técnico y sobre todo a los aficionados saprissistas.
Con dos horas de antelación ya las calles tibaseñas se empezaban a teñir de morado y una gran agrupación “merengue” también merodeaba en las afueras del Estadio Ricardo Saprissa Aymá que a partir de las 08:00 p.m. vibró a un solo corazón de aquellos amantes a Saprissa y al fútbol en general.
La travesía la inició Manfred Ugalde, llegó un traspié que favoreció a los hondureños y minutos más tarde Marvin Angulo incitó a sus compañeros a concretar el 4-1 que conquistó el artillero Ramírez en la popular y temida “Saprihora”.
El cronómetro llegó a su final, pero en ese momento nació la pasión, el orgullo, alegría, lágrimas de felicidad, la desilusión de los visitantes y un “Viva Saprissa” que no dejó de resonar en una “Cueva” inolvidable para los “Leones” de Honduras.
Con la concreción del cuarto gol saprissista también llegó el pesar de David Ramírez que no puede actuar en el Torneo Apertura por los restantes tres compromisos y volvería hasta la semifinal donde de momento los “morados” y “manudos” son los únicos que tienen su boleto asegurado.