El fútbol italiano sí que había podido celebrar el miércoles su regreso a la final de la Liga de Campeones, de la mano de la Juventus, que se enfrentará al FC Barcelona por el trono europeo el 6 de junio en Berlín.
Ni Nápoles ni Fiorentina pudieron seguir sus pasos y materializaron sendos desastres. Los primeros al perder 1-0 en Ucrania con el Dnipro, después del 1-1 de la ida en su estadio de San Paolo, y los segundos al caer 2-0 en casa con el Sevilla, que ya tenía muy encarrilada su clasificación desde el triunfo 3-0 de la ida de la pasada semana.
El Sevilla, campeón del torneo en 2006, 2007 y 2014, aspira a una cuarta corona y a un segundo doblete de títulos consecutivos, mientras que el Dnipro buscará, en su primera final, un título que anteriormente sólo consiguió un club ucraniano, el Shakhtar Donetsk en el año 2009.
El Dnipro ya había hecho historia accediendo a las semifinales, ya que hasta esta campaña su techo en las competiciones europeas eran los cuartos de final.
El fútbol español podría sellar su hegemonía continental si corona a Barcelona y Sevilla en las dos grandes competiciones, un año después de conseguirlo con el Real Madrid en la Champions League y el propio Sevilla en la Europa League.