Contra todos los pronósticos, el Liverpool salió a proponer desde el primer minuto en búsqueda de que el milagro se hiciera realidad.
Un conjunto “azulgrana” que no proyectó mucho volumen de juego y con escasas opciones de gol, fue lo que planteó prácticamente en 75’ minutos de juego.
La primera anotación llegó al minuto 7’, por intermedio de Divock Origi. Una contra entre Sadio Mané y Henderson, generó la jugada del gol, Mané estrelló el esférico en el cuerpo de Ter Stegen, le quedó a Origi todo el panorama para marcar el primer tanto y empezar a soñar.
Ter Stegen tuvo que arriesgarse al salir del marco en ciertas ocasiones, además de impedir que el balón se colara en su arco.
El Barcelona parecía perdido en el partido y generó muy pocas ocasiones de gol. Messi tuvo una oportunidad clarísima al minuto 16’ y no fue aprovechada para anotar lo que era el 1-1.
La primera mitad finalizó con una victoria parcial para los “rojos” de 1-0.
Para la etapa complementaria se guardaron el festín de goles.
Al minuto 54’, Georginio Wijnaldum aumentó la ventaja para su equipo y empezaban a soñar con la remontada.
Un centro de Alexander-Arnold, puso a correr al holandés para sorprender a Ter Stegen por el centro del área y puso así el 2-0.
Luego de darse el saque inicial posterior a la anotación, una contra del Liverpool, fue aprovechada Xherdan Shaqiri, quien centró el balón a la cabeza de Wijnaldum y como calcada, cayó la tercera anotación y ya la serie estaba empatada.
A partir de este momento, la situación se le complicó al “Barça” y buscó atacar por las bandas y envió a Nélson Semedo por Philippe Coutinho.
A falta de once minutos para que se pitara el final del cotejo, el belga Divock Origi puso el 4-3 definitivo en el global. Un saque de esquina de Alexander-Arnold, centro y Origi con la frontal marcó el cuarto tanto y su segundo personal en el juego.
De esta manera, el juez central señaló el final de partido al minuto 90’+5, con una grandiosa victoria del Liverpool 4-0.