Muchas carreras por las condiciones del tiempo, cambios de escenario, pero siempre con gran disposición, el flamante goleador nos contó su historia, una que tiene que quedar para la posteridad y de la cual muchos deportistas profesionales se podrían basar, ya que el ex artillero del Deportivo Saprissa mostró que es posible mantener valores impecables en un deporte de contacto y mucha competitividad.
¿Cómo fue su infancia?
Yo crecí en la zona sur de la capital, del estadio Escarre un kilómetro al sur, era otros tiempos definitivamente, las calles eran en lastre en ese momento la mayoría, había mucho potrero, había mucha plaza donde se podía estar “mejenguiando”, pasando el rato, ahora los espacios se han reducido y es duro ver que los niños de hoy en día no tienen ese espacio para desarrollarse físicamente.
¿Cómo fue su primera experiencia con el balón?
La verdad no lo tengo muy claro pero si tengo fotos donde estoy con mi papá, como de tres años, de mascota de un equipo de futbol, de un equipo donde él jugaba, desde ahí yo siento que ya andaba con la bola muy cerca mío. Cuando ya tengo un uso de razón, ya 5, 6 años, que ya uno empieza a guardar unos recuerdos, si tengo claro que yo me acostaba tirando la bola para arriba y abrazándola, siempre fui muy fiebre para el balón.
¿Quién fue su ejemplo a seguir como futbolista, dentro y fuera de la cancha?
Uno desde a fuera sigue a varios futbolista que le llaman la atención pero cuando llegue aquí al Saprisssa hubo una persona que me marcó bastante, creo que parte de las cosas que uno copia buenas de la gente fue Francisco “Chico” Hernández, era extremo derecho aquí en nuestro equipo, es una persona agradable, que tiene una línea de comportamiento que para mi gusto es buena y fue para mí un ejemplo a seguir y comportamiento que trataba de guardar dentro del camerino porque uno cuando está joven copia de los grandes las cosas buenas para cuando a uno le toque ser líder y creo que ese fue uno de mis mejores ejemplos de persona a seguir.
Antes había un poco más de respeto a las personas de experiencia en los camerinos no tanto como ahora
En aquellos tiempos los jugadores de mejor nivel no podían salir del país entonces era más difícil llegar a la primera división porque siempre estaba saturado, había gente de 30 a 35 años de un muy alto nivel entonces los jugadores demás venían haciendo presión pero era difícil quitar a esas personas consagradas, hoy en día el movimiento que se da con la gente que está saliendo del país le permite a mucho jugador estarse acercando y llegar a tempranas edades a primera división, a parte el trabajo que se hace en liga menor ahora es mucho más profesional que el que se hacía antes.
¿Quién le puso el sobrenombre “El Caballero de Fútbol? Y ¿Por qué?
Roger Ajún, fue un sobrenombre que son de esos que uno no se quiere quitar porque es un orgullo que lo traten a uno así y me imagino que algo observó él de mi comportamiento en la cancha y fuera de la cancha para que él lo utilizara en sus transmisiones y después de eso todavía hoy en día cuando llego a cualquier lugar… ¡El Caballero de Fútbol!, es muy agradable, le agradezco a Roger mucho ese sobrenombre.
¿Qué lo llevo a tener tan buen comportamiento?
Yo creo que es mitad de mi forma de ser, soy una persona con un carácter tranquilo, no es que no me pueda alterar, posiblemente si hay algo que me incomoda mucho o que me molesta mucho en cualquier momento voy a alterarme pero duro más en alcanzar ese grado de encendido que la mayoría de la gente entonces eso me permitía soportar el estrés que se maneja en un terreno de fútbol, aparte de eso a temprana edad pude entender que el futbol nos hace trascender y ya dejamos de ser el muchacho del barrio, de un grupito pequeño, sino que dejamos de ser personas de un país entero donde se nos reconoce en cualquier lado, que los niños nos siguen y una vez que tuve claro eso pues trate de manejar los medios, de manejar todo lo que ocurría a mi alrededor de cierta manera, respetando siempre al rival, a los periodistas que llegaban a entrevistar porque entiendo que es el trabajo de ellos y a pesar en algunos momentos después de una derrota uno no quiere hablar con nadie pero hay que atenderlos así como se entienden cuando uno gana y creo que todo eso generó ese sobrenombre y que mucha gente hoy en día me respete y me trate bien porque a donde me mueva siento el aprecio y el cariño de la gente.
¿Cómo fue su experiencia pasada con el béisbol?
Como les dije, yo crecí como a un kilómetro del parque de béisbol Antonio Escarrea, entonces ahí en octubre todo mundo sacaba guante y bola, no sé de donde salían pero todo el mundo sacaba guante y bola y un bate y empezábamos a jugar béisbol, en una de esas fuimos a jugar a la Sabana, el grupo de amigos del barrio y estando ahí no vio “Paco” Vargas y nos motivó a que siguiéramos entrenando, que tratáramos de hacer un grupo para formar un nuevo equipo. “Paco” dirigía la Universidad de Costa Rica y Coca Cola en ese momento, sin embargo no se dio la posibilidad de hacer ese equipo, no se consiguió patrocinador pero un día estando ahí en el barrio mejenguiando llego un amigo que… “Evaristo que aquí le mandaron” y me entregaron el uniforme de la Universidad de Costa Rica, entonces ya me explicaron que “Paco” quería que yo jugara con la Universidad de Costa Rica, con el juvenil, tenía yo 16, 17 años. En eso empecé a jugar como “pitcher” en la Universidad de Costa Rica en juvenil y ese mismo año me quisieron subir a primera división pero le dije al entrenador de la primera, que era Orlando Alvarado, que me daba miedo que no tenía mucha experiencia, lo que yo había jugado era en octubre, en ese fechas que todo el mundo sacaba los guantes pero al siguiente años me subieron y empecé a jugar béisbol con la primera, me fue bastante bien.
¿Cómo fue la experiencia de jugar futbol con la Universidad de Costa Rica en segunda división?
En béisbol con la “U” me fue bastante bien y en futbol siempre había jugado como portero, a nivel de equipos y nadie me había dado la oportunidad de jugar en el campo porque los entrenadores no me dejaban a pesar de que yo se los pedía entonces yo deje de competir a nivel de equipo entonces solo mejenguiaba ahí en el barrio. En una oportunidad un amigo me invitó a jugar con el departamento legal del MOPT, con el equipo que ellos tenían, en RECOPE, en Ochomogo y fue la primera vez que me puse el uniforme de campo en un equipo formado, ese día hice 3 goles y una persona que estaba ahí me dijo que si me interesaba jugar con Paraíso en segunda, fui hacer una prueba y me dijo el entrenador que me quería en el equipo entonces me dieron plata para sacar fotos y llenar formulario e ir al siguiente entrenamiento entonces le comente al licenciado “Ballo” Mora que era dirigente de la Universidad que iba a jugar con Paraíso en segunda entonces me dijo cuidado nos hace un gol usted, porque estaban en el mismo grupo en segunda entonces e dijo como estaba la cosa entonces me dijo que devolviera la plata y él se encargaba de que yo jugara en el equipo de la Universidad de Costa Rica, entonces me inscribieron en el juvenil entonces jugaba con el juvenil de la Universidad de Costa Rica, con la segunda de la Universidad de Costa Rica en futbol y con la primera de la Universidad de Costa Rica en béisbol y estudiaba la carrera de ingeniería entonces mi vida era como deporte y estudio básicamente.
¿Cómo fue su llegada al Deportivo Saprissa?
En ese momento estábamos en vacaciones o en pretemporada la Universidad de Costa Rica y el Saprissa también estaba en pretemporada, paraban en diciembre, en enero, febrero empezaban los trabajos de pretemporada y en ese momento se hizo un partido en el antiguo Estadio Nacional entre la Universidad de Costa Rica y el Colegio de Odontólogos y ganamos 5-0 y a mí me tocó hacer los 5 goles de la Universidad y por ahí estaba el doctor Mario Zeledón que era “cátcher” mío en béisbol y me dijo, “Pucha yo nunca lo había visto a usted jugar futbol, usted podría jugar en primer división si le interesa yo lo puedo contactar”, entonces yo le dije, “Es que aquí en la Universidad yo estoy jugando, si voy ahí a reservas de cualquier equipo de primera diay ahí me quedo y nunca voy a moverme de ahí”, me dijo, “Pero yo lo puedo contactar con alguien de primera”, entonces me contacto con el doctor Rodrigo Pacheco López que en aquel entonces era el preparador físico del Saprissa y estaba Walter Elizondo que era el entrenador, vine a entrenar un jueves pero le estaban haciendo algo a la cancha, entonces fuimos al estadio de Tibás al Municipal de Tibás y se hizo un colectivo entonces me tocó hacer un gol en ese colectivo.
Walter me invitó al día siguiente, ese viernes era trabajo físico, pruebas físicas y yo no era parte del equipo, estaba a prueba entonces prácticamente lo que hice fue compartir con los jugadores en los momentos en que no estaban siendo valorados, al final Walter me volvió a decir, “El domingo vamos para la Zona de los Santos, ¿le interesaría ir?”, el domingo iba yo ahí a la par de los que venía a ver semanas atrasa aquí al estadio, iba en el mismo bus con ellos y ya solo eso era una experiencia enorme para mí, me tocó jugar el segundo tiempo con el equipo B del Saprissa pero tenía mucho trabajo acuestas, había entrenado con el juvenil, con la segunda, con el equipo de béisbol, jugaba voleibol, jugaba basquetbol, entonces físicamente yo estaba un poco arriba de la gente que me encontré en ese partido y me fue bastante bien, al finalizar ese partido los directivos me llegaban a decir que muy bien muchacho, no sabían ni como me llamaba yo, después llego Walter y me dijo que si me interesaría ser parte del equipo, tuvieron unas reuniones con el señor Eduardo Mora que él era el gerente en ese momento y después de eso ese primer años jugué todos los partidos, no tuve lesiones, quede de goleador, me fue bastante bien y ahí empezó mi historia como jugador del Saprissa.
¿Cómo describe su primer momento en cancha con la camisa morada?
Los partidos amistosos que jugué anteriormente me ayudaron bastante y los compañeros me recibieron bien y calce a la perfección con el grupo, para la tercera o cuarta fecha ya iba de goleador, creo que Dios tenía todo acomodado para que me fuera bien, porque me gane el favor de un público que es exigente como el saprissista, de forma muy temprana, en lo personal fue un año perfecto, sin lesiones, titular en todo momento, goleador y nos falto el campeonato, quedamos subcampeones en ese torneo, pero fue uno de esos años que uno no cambia por nada.
Con 21 años, 23 goles en primera división y en su primera temporada con el Deportivo Saprissa, ¿Cómo describir ese momento, en la carrera futbolística del caballero del futbol?
Mi vida cambio de la noche a la mañana, soy una persona introvertida, ahora por mi paso por fútbol, me es menos difícil relacionarme con la gente, porque ya me acostumbre a compartir con las personas, pero aun así sigo siendo reservado, en aquel tiempo, al principio me era difícil entender, porque la gente se me quedaba viendo, cuando salía por la calle, era incomodo, pero luego uno llega a entender que es por el fútbol que la gente lo empieza a reconocer, y el entenderlo a tiempo me permite hoy en día vivir momentos agradables con el público.
¿Quiénes eran los referentes y socios en la escuadra morada de Evaristo Coronado en su primer año?
Estaba terminando una generación del 70 y se empezó la del 81, donde estaba William Barquero, Chelín Masis, Carlos Luis García, “Chico” Hernández, “Puro” Ureña, Marco Rojas, entre otros compañeros que no recuerdo y les pidió mis disculpas, en fin, tuve la oportunidad de compartir con esa gente que yo venía a ver al a este estadio como aficionado, Dios me dio la oportunidad de tenerlos como compañeros de equipo, son experiencias que uno va a llevar grabadas en el pensamiento.
¿Alguna anécdota en sus inicios con el Deportivo Saprissa en su primera anotación?
Contra San Carlos, en este estadio por la gradería norte, no estoy seguro si fueron dos o tres goles con los que arranque, en la tercera o cuarta fecha ya estaba yo llegando de goleador con cuatro o cinco goles y a partir de ahí seguí arriba en la tabla de goleo.
¿Recuerda Evaristo, la tragedia que marcó al campeonato del 82?
Si me acuerdo, Ahí murió un ex compañero de la Universidad de Costa Rica, que estaba con Barrio México, después un amigo de mi barrio, William Alfaro, me había dicho semanas atrás que iba a entrenar con Barrio México, cuando llegue a la casa y me informaron de eso, en lo primero que pensé fue en William porque éramos amigos del barrio y ya después me di cuenta que a él gracias a Dios no le iba pasado nada, pero si me entere desde luego, que habían muerto personas, compañeros del fútbol, fue un momento bastante duro, porque uno no se espera que de repente personas con las que uno compartió t dentro de la cancha ya no estén a la par de uno.
¿Cómo fue el camino a esa primera medalla de campeón con los morados?
En ese torneo el goleador fue Guillermo Guardia, yo tuve una lesión empezando el torneo y “Memo” empezó muy bien, hizo un gran torneo, no había forma de sentarlo con tal alto nivel, su rendimiento era muy bueno, yo tuve que tener paciencia y esperar, me tocó la oportunidad de estar en los últimos encuentros, donde obtuvimos el primer campeonato mío, experiencia que solo había celebrado pero desde la gradería no dentro el terreno de juego.
Guillermo Guardia 20 goles, Enrique Rivers 15, gran competencia en la delantera saprissista en aquella época. ¿Cómo era la lucha por un puesto en ese entonces?
En el 81 yo empecé haciendo goles y Guillermo estaba ahí cubriendo por si me lesionaba o entraba de cambio en algunos momentos, pero no nos usaban a los dos juntos, sino que era él o yo, éramos centro delanteros no delanteros, como hoy en día que juegan con dos delanteros, en el 82 “Memo” tuvo un rendimiento excepcional y fue titular a lo largo de las cuatro vuelta.
CONTINUARÁ...