Fueron necesarios poco más de 350 minutos en el Clausura 2018 para que Johan Venegas concretara su primer gol vestido de morado ante el Municipal Grecia, anotación que desencadenó una ola de críticas hacia el futbolista debido a su controversial celebración.
El hecho de llevarse sus manos hacia sus orejas y hacer señal de silencio con uno de sus dedos le pasó factura al artillero, ya que los aficionados saprissistas arremetieron con chiflidos contra él en cada oportunidad que tenía posesión del balón frente al conjunto “griego”.
Venegas, en su defensa, expresó que todo se trató de una mala interpretación y que su única intención era festejar junto con los seguidores de la “S” el primero de los muchos goles que anhela festejar con la camiseta que lo conquistó en su regreso al fútbol costarricense.
Sin embargo, las palabras no fueron suficientes para los “morados” y Venegas tenía una deuda pendiente, misma que quiso saldar este domingo en el mismo escenario pero ante su ex equipo, la Liga Deportiva Alajuelense.
Los “manudos” fueron la víctima de Johan Venegas, jugador que a los 41 minutos del Clásico Nacional dejó atrás a la zaga de Alajuelense, avanzó hasta el área grande y sin pensarlo dos veces remató directo al marco para derribar las redes protegidas por Adonis Pineda.
El festejo cambió, sus manos no se dirigieron hacia su cabeza ni sus dedos hacia sus labios; sino que en esta oportunidad el delantero tomó la decisión de correr hacia las gradas y abrazar de manera simbólica a la afición, esa afición que lo perdonó y con la cual se reconcilió.