Para Suecia este partido supone su regreso a un Mundial tras 12 largos años de ausencia, y lo hace sin el jugador que ha sido su gran referencia en la última década, Zlatan Ibrahimovic, pero amparado en un colectivo firme y sin fisuras, capaz de clasificar a Rusia a costa de la mismísima Italia.

Los surcoreanos, que afrontan en Rusia su décima participación mundialista, tienen un objetivo claro: mejorar su actuación de hace cuatro años en Brasil, cuando no pasaron de la fase de grupos y apenas pudieron sacar un punto al cabo de tres partidos.

El análisis

El ambiente en la expedición sueca se ha mantenido por todo lo alto tras el abandono de su campamento base en Gelendzhik, rumbo a su primer partido en el Mundial, ante la República de Corea. Como se ha enfatizado, la cohesión del grupo y su espíritu son su mayor fortaleza. En lo estrictamente deportivo, la defensa luce sólida, pero hay cierta preocupación con la eficacia de su ataque, sobre todo tras los dos últimos amistosos, ante Dinamarca y Perú, que terminaron 0-0.

“Rebelión alegre”. Ese ha sido el lema del técnico Shin Taeyong, cuyo equipo se ha visto en problemas para crecer a partir de un desempeño un tanto deslucido en la campaña de clasificación mundialista. Sus experimentos han sido puestos bajo la lupa en los recientes amistosos, y la fragilidad defensiva sigue siendo el principal problema en este momento. En ataque, sin embargo, cuentan con uno de los delanteros más en forma de Asia, Son Heungmin, bien flanqueado por algunos mediocampistas creativos.

La primera vez que suecos y surcoreanos cruzaron sus caminos fue en los Juegos Olímpicos de 1948, y los escandinavos goleadon 12-0 a sus rivales. Después solo se han visto las caras en amistosos, con el balance de un triunfo para Suecia (0-2) y dos empates. En su primer cruce en un Mundial, ¿lograrán los Guerreros Taeguk romper la racha?