A diferencia de lo ocurrido en los días posteriores a las victorias contra Alemania (1-0) y Corea del Sur (2-1), este jueves ningún jugador tomó la palabra en el pabellón polideportivo del Dinamo de Moscú, convertido en sala de prensa durante el Mundial.
El único miembro del equipo técnico que se dejó ver fue el ‘coach mental’, Imanol Ibarrondo, que analizó las horas posteriores a la derrota con Suecia, cuando la tropa mexicana mezcló la alegría por la clasificación con la decepción por el mal partido completado.
“Hay que desdramatizar, ayer como es normal estaban dolidos, pero según pasa el tiempo lo van procesando. Son gente que está acostumbrada a ganar y a perder. En el avión ya estaban bien, ni eufóricos ni tristes”, dijo Ibarrondo en un corrillo.
“Son conscientes de que han pasado (de ronda) con dos victorias, algo que es muy difícil en el fútbol actual, que está muy parejo. Todas las selecciones están superpreparadas. Ahora tenemos a Brasil, un reto impresionante”, añadió.
La perspectiva
El final del partido en el Ekaterimburgo Arena fue extraño. Mientras los miles de mexicanos presentes celebraban, teléfono en mano, los goles surcoreanos ante Alemania en Kazán, los jugadores esperaban acontecimientos cariacontecidos.
Abrazados en el círculo central, a algunos incluso les superó la emoción, especialmente Edson Álvarez, desafortunado en el tercer gol, que marcó en propia puerta.
Según pasaron las horas, el equipo comenzó a analizar con más perspectiva. México logró una histórica victoria ante Alemania y fue capaz de dominar a Corea del Sur. Si hubiera quedado eliminado con seis puntos habría sido el primero que lo hace tras lograr dos victorias en la primera fase, después de Argelia en 1982.
“Hay que dar mérito a lo que hicimos, por eso estamos del otro lado, no porque Corea del Sur haya ganado a Alemania. Estamos del otro lado porque ganamos a Alemania y a Corea del Sur”, recordó tras el partido uno de los capitanes, Andrés Guardado.
“Era injusto quedar fuera después de dos victorias mientras en otros grupos podían pasar con un punto”, añadió Héctor Herrera, otro de los pesos pesados.
Osorio
Más contundente se mostró el legendario Rafa Márquez, que no habló en zona mixta pero dejó un mensaje en las redes sociales.
“¡Calificamos a octavos! Los mediocres que nunca han logrado nada en la vida dirán que pasamos de milagro. Ahora a trabajar y seguir mejorando para conseguir nuestra próxima meta”, señaló el jugador de 39 años.
La derrota ante Suecia se recordará además como el primer duelo en el que Osorio repitió alineación. Renunciar a una de sus señas de identidad le costó caro en su 51º partido.
En rueda de prensa hizo autocrítica: “Hoy por primera vez en muchos juegos, pecando de puristas, de los que creen que siempre hay que imponer la idea de juego, decidimos repetir equipo y jugar con la estructura que nos ha dado tan buenos resultados”.
“Fue duro mentalmente llegar con seis puntos y no estar clasificados. Hoy mi pecado fue ser demasiado purista”, insistió el colombiano.
A México le toca pasar página y pensar el reto de derrotar a Brasil, con la que empató sin goles en el pasado Mundial y a la que batió en una recordada final de los Juegos de Londres 2012. Entonces también estaban enfrente Neymar y Thiago Silva.