Pero la competición también ha servido al equipo que entrena Didier Deschamps para demostrar que cuenta con una sólida defensa, en la que han sorprendido los dos laterales, y un golero de garantías.

Estos son los argumentos de Francia en su intento de alcanzar su tercera final mundialista en los últimos 20 años, tras el título en 1998 y la derrota ante Italia en 2006.

Lloris la clave

No acapara los focos como sus compañeros de la delantera, pero Hugo Lloris, el capitán de los Bleus, puede resultar igual de decisivo que los atacantes, como demostró contra Uruguay en cuartos, cuando salvó con una fenomenal estirada un cabezazo de Martín Cáceres que hubiese supuesto el empate a un gol justo antes del descanso.

El portero del Tottenham llega a este cita en su mejor momento de forma y a sus 31 años se confirma como uno de los mejores del mundo en su puesto.

Defensa vital

En cinco partidos disputados en este Mundial, Francia ha dejado la portería a cero en tres de ellos, demostrando que cuenta con una de las mejores defensas del campeonato.

Raphael Varane y Samuel Umtiti combinan perfectamente la colocación y poder en el juego aéreo del madridista con la velocidad y anticipación del barcelonista para ser casi insuperables en el centro de la defensa.

Para los laterales, Deschamps sorprendió dando la titularidad a los jóvenes Benjamin Pavard y Lucas Hernández, pero estos han respondido con un gran torneo, incorporándose constantemente en ataque, como demostraron contra Argentina en octavos, donde el primero anotó un golazo y el segundo dio dos asistencias (4-3).

A lo Makelele

El mediocentro N´Golo Kanté se ha revelado como una pieza inamovible en el once Bleu. “Con él jugamos con 12 (jugadores). Corre por todos los sitios. ¡Tiene 15 pulmones!”, destaca su compañero Olivier Giroud.

“Cuando está top, tienes el 95% de posibilidades de ganar”, dice el belga Eden Hazard sobre el pequeño jugador del Chelsea (1,68 m).

La omnipresencia de Kanté se complementa con el poderío físico y la técnica de Paul Pogba y la lucha de Blaise Matuidi.

La joya y sus maestros

En la delantera francesa, el joven Kylian Mbappé se ha revelado, a sus 19 años, como uno de las grandes estrellas del campeonato, gracias sobre todo a la demostración que dio ante Argentina.

Griezmann también destaca pero en un papel algo diferente al habitual, jugando algo más retrasado y dando pausa o velocidad al juego cuando se requiere.

Olivier Giroud es el ‘patito feo’. No tiene la calidad de sus compañeros, pero su pelea constante con los defensas y su capacidad para abrir huecos es notable.

“Es fundamental para el equilibrio del equipo y si no marca no pasa nada, su trabajo permite a lo otros brillar”, destaca de él Deschamps.