Mancini no esperó para hacer llegar su mensaje. En la primera conferencia de prensa en la concentración, el lunes, el técnico nombrado en mayo disparó las alarmas. “Nunca hubo tan pocos italianos en los terrenos de juego, es un punto mínimo”, afirmó el exentrenador del Manchester City y del Inter de Milán.
Según las cifras avanzadas por el periódico Corriere dello Sport, menos del 40% de los jugadores utilizados en las tres primeras fechas de la Serie A eran italianos. Esta cifra mantiene un descenso constante desde la temporada 2006-2007, la que siguió al último título mundial de la ‘Azzurra’, cuando superaban el 70% (71,32%).
Sobre esos datos se apoyó Matteo Salvini, ministro del Interior del gobierno italiano y dirigente de extrema derecha, quien se mostró “feliz” porque los “responsables importantes” del mundo del fútbol” le den “la razón”.
“Es necesario un límite al número de jugadores extranjeros sobre el terreno de juego para dejar espacio y dar confianza a todos esos italianos que son damnificados”, estimó el político.
Los mejores jugadores italianos tradicionalmente se exportan poco, por lo que su presencia en el extranjero es escasa.
En la amplia nómina ofrecida por Mancini, se encuentran tres jugadores del Chelsea (Zappacosta y los dos brasileños nacionalizados Jorginho y Emerson) y el ‘francés’ Balotelli. Verratti (Paris SG) y Pellegri (Mónaco) son baja por lesión.
Mancini no cuenta pues con demasiada materia primera para tratar de reflotar a una selección hundida bajo la dirección de su predecesor Gian Piero Ventura, quien no logró llevar a Italia a un Mundial por primera vez en 60 años.