Los números hablan por sí solos: suma ya 6 dianas en sus distintas participaciones en este torneo, a apenas una del récord de su excompañero Cristiano Ronaldo (7), al que aspira a igualar o superar el sábado en la final contra el Al Ain emiratí en Abu Dabi.
Ha marcado en tres ediciones del Mundial de Clubes (2014, 2017, 2018), algo que sólo habían logrado anteriormente dos astros: Cristiano Ronaldo y Lionel Messi.
Sus seis goles han llegado en cinco partidos disputados en el Mundial de Clubes, un torneo que Bale ganó en 2014 y 2017, y donde aspira a una nueva corona. Sus cifras podrían ser todavía mayores si no hubiera sido baja por lesión en la edición de 2016, donde el Real Madrid fue igualmente campeón.
“Bale se lo ha comido hoy todo. Se ha comido el foco, el escenario, las tribunas, las porterías… Ha hecho un partido sensacional, ha mostrado lo que es él y lo que es capaz de hacer. Estamos todos muy contentos, él el primero. Le deseo que descanse y se vuelva a comer las redes en el próximo partido”, le alabó en su conferencia de prensa de después del partido el entrenador Santiago Solari.
El técnico argentino aludía así a una declaraciones suyas del pasado mes en las que afirmaba que Bale debía salir a comerse el escenario en cada partido.
Solari le ha espoleado desde que reemplazó a Julen Lopetegui a finales de octubre y el galés, que llegaba a este partido tras ser baja en el anterior ante el Rayo Vallecano (victoria 1-0 para el equipo blanco el pasado sábado) por una torcedura en un tobillo, respondió a la perfección.
“Todos los que estamos alrededor intentamos ser útiles. Al final, el último responsable del rendimiento es el futbolista. Hay veces que tardan más o menos en encontrarse con uno mismo. Gareth ha dado ya grandes alegrías aquí en este equipo, ha sido determinante en momentos muy importantes. Y además con gol, que es lo más importante del fútbol. El gol es lo que domina el fútbol y Gareth lo tiene”, destacó Solari.
Tras el récord de Modric
Bale fue galardonado con el premio al mejor jugador del partido y en su intervención ante la prensa internacional mantuvo un perfil bajo, pensando más en el equipo que en su gloria individual.
“Es importante marcar goles, pero lo más importante es la clasificación a la final, y tener la oportunidad de ganar de nuevo este trofeo”, aseveró.
Pero Bale tiene varios desafíos el sábado contra el Al Ain, más allá de la posible conquista del título.
Puede ser elegido el mejor jugador del torneo, un honor que el año pasado fue para su compañero Luka Modric como presagio de su espectacular año 2018, y puede acabar como máximo anotador del mismo, una clasificación que lidera.
Ello sin contar con lo cerca que tiene el récord anotador de Cristiano Ronaldo en el torneo, a apenas uno, lo que le colocaría oficialmente como el goleador más letal de la historia de los Mundiales de Clubes.
Pero ante sí tiene otro reto: demostrar a todos su talento y acallar a sus críticos, que le reprochan sus habituales lesiones y su irregularidad, en un momento además en el que la prensa española especula con la posibilidad de que el Real Madrid traspase al galés en uno de los próximos mercados.
Por: AFP
