El trasfondo de esa ruptura tiene al Barcelona como protagonista, porque el club azulgrana tiene encaminado el fichaje del mediocampista francés, al que pretende incorporar al acabar esta temporada libre de contrato.
Libre de contrato significa una prima de fichaje, nuevo eufemismo en el mundo del fútbol que permite a los jugadores hacer negocio con cambiar de club al acabar contrato, que le representará a Rabiot un ingreso de 11,4 millones de dólares, que le pagará gustoso el Barça firmándole en paralelo un contrato de cinco temporadas de duración con un salario anual cercano a los 12 millones y que colocarán en el segundo escalafón de la plantilla azulgrana.
“No hay nada firmado, aún, pero hay mucho acordado” confirmó a ESPN una fuente cercana al área deportiva del club español, quien recordó que los contactos entre el Barça y Rabiot comenzaron “hace muchos meses”, cuando Abidal y Pep Segura, en julio, viajaron a País para presentar su interés al PSG por un lado… y comenzaron de forma directa su tarea de seducción al jugador por otra.
El PSG se negó a negociar, calificando al futbolista “intransferible”, pero la madre de Rabiot, quien lleva la voz cantante en sus asuntos profesionales, abrió la puerta, sin aceptar ni rechazar su fichaje a la espera de cómo se desarrollasen los acontecimientos. El Barcelona quedó a la espera y manteniendo contactos durante los siguientes meses, llegado diciembre desencadenó un asalto que, hoy, ya se entiende definitivo.
Las conversaciones entre el club francés y Rabiot entraron en un callejón sin salida, estalló el caso al considerarse desde París que el futbolista había sido con “malas artes” desde Barcelona y se desembocó en la dura declaración de Henrique, director deportivo, del PSG que dejó ya al descubierto el plan final.