El Borussia Dortmund, al que pisa los talones el Bayern de Múnich en la Bundesliga, tiene el viernes (19h30 GMT) la oportunidad de poner a prueba su confianza, apenas recobrada, en su desplazamiento a Augsburgo (15º) en el primer encuentro de la 24ª jornada. Cuatro días después tendrá su partido de vuelta de octavos de la Liga de Campeones contra el Tottenham (perdieron 3-0 en Londres).

La semana pasada el Dortmund puso fin a una racha negativa de tres empates consecutivos con su victoria por 3-2 al Bayer Leverkusen, no sin haber temblado al final del partido. Sin embargo, el Bayern, que estaba a nueve puntos en diciembre, ya se sitúa tan solo a tres.

La larga ausencia del capitán, Marco Reus, lesionado, ha pesado mucho. Con 13 tantos esta temporada es también la brújula de este equipo tan joven, ejemplar en su rol defensivo y valioso por mantener la calma en los momentos delicados.

El lunes volvió a entrenar con el grupo, ya no se resiente de su desgarro muscular y en principio debería regresar el viernes contra el Augsburgo.

Los visitantes parten como favoritos frente a un equipo que coquetea con el descenso. Pero los hombres de Lucien Favre ya han demostrado que pueden dejarse sorprender por ‘equipos pequeños’ al no poner la intensidad y el rigor necesarios.

El discurso no cambia entre los dirigentes. El equipo es joven, tiene que aprender mucho todavía y no hay que poner una presión sobre el resultado en los jugadores.

“Evidentemente no queremos terminar terceros”, dijo el director deportivo del club, Michael Zorc. “Pero es una cuestión de perspectiva. Para nuestro equipo, que aún carece de experiencia, es importante no asumir objetivos exagerados”.

El sábado el Bayern saltará al césped del Mönchengladbach (3º) sabiendo el resultado del Dortmund. Una salida difícil para los muniqueses pese a que el Mönchengladbach parece haber descarrilado completamente en las últimas tres semanas con dos duras derrotas en casa: 3-0 frente al Hertha de Berlín (10º) y mismo resultado contra el Wolfsburgo (5º).