Los locales buscaban dejar atrás la "maldición" que los perseguía en las final de esta categoría, mientras que su rival de turno quería dar el salto de calidad para representar a toda una provincia.
Sabiendo que su fuerte es la táctica fija, Jicaral se resguardó en su arco, tocó poco el balón y esperó sabiendo que en algún momento podría romper el cero.
Y así fue, Leonardo Adams al 23 puso el 1 a 0 que le daba la ventaja en la serie, esto tras un tiro de esquina ejecutado al primer palo que fue desviado por la defensa hasta el segundo en donde sabían estaría el goleador, quien con un cabezazo puso el balón contra las redes.
Con los números a su favor los jicaraleños decidieron administrar los tiempos del partido, que se le escurría como el sudor a la ADG que no sabía responder.
La presión de los guanacastecos los hacía caer en imprecisión y cada vez perdían más la posesión de la bola que era su fuerte para este cotejo.
Dicha situación llevo a la desesperación al guardameta Acuña, quién en una salida tranquila con esférico en mano, decidió agredir a José Vargas con un puñetazo y esto recalaría en un penal.
Apareció Wálter Chévez para poner otro clavo en el ataúd de los "Verdirojos", esto tras cambiar por gol la pena máxima y ya se celebraba el triunfo en la Península.
Con los números a favor de los de casa, el central envió a los dos equipos al descanso.
Los puntarenenses sabían que tenía un pie y medio en la Primera División, por lo cual decidieron plantear un complemento inteligente en el cual el tiempo fuese su mejor aliado.
Con pases en zona de volantes, faltas lejos del área y atacando para tener preocupados a su rivales, los de Jeaustin Campos veían como avanzaba el reloj a más no poder.
El suspenso cayó a los 63 minutos, cuando Yeison Molina ejecutó un saque de banda directo al área pequeña y Jehudy Pizarro logró extenderlo hacia el arco de Alpízar que vio como increíblemente el balón se escurría entre sus manos para el 2 a 1.
A pesar del silencio, ansiedad y desesperación que se vivía en el Estadio de la Asociación Cívica, la ADG se quedó en eso, no pudo crear más peligro en lo que restó del partido, viendo como su rival comenzaba a festejar conforme se acercaba el minuto 90.
¡Por fin!, se escuchó desde el banquillo de Jicaral, cuando el árbitro alzo sus brazos para señalar a la media cancha y avisar que el partido había terminado.
Se desató la fiesta, Puntarenas vuelve a tener un representante en la Liga Promerica de Costa Rica y lo hizo de la mano de uno de sus técnicos más exitosos, Jeaustin Campos.