Las dudas para este cotejo nacieron desde esta semana cuando los jugadores de la escuadra caribeña tomaron la decisión de no entrenar hasta que haya una solución con sus salarios, ya que según han comunicado ciertos medios tradicionales y alternativos, a los jugadores limonenses se les debe varias mensualidades y no hay luz que de momento los inspire a darlo todo en la cancha.
En Limón Fútbol Club hay tres o más frentes; el primero de ellos es Dennis Viveros, quien meses atrás llegó a esta institución para invertir de su dinero y ayudar a Carlos Pascal que posteriormente integró al otro protagonista, Jorge Castillo y quienes también tienen incidencia en este caso son los jugadores y las familias de estos, que a diario deben solucionar cómo continuar sin recibir este salario.
Tanto Viveros como Castillo son de nacionalidad colombiana y entre ellos se lanzan acusaciones que han salido a la luz a través de medios de comunicación como Teletica Deportes donde Viveros aseguró que en el club no han visto lo recaudad el 25 de julio anterior frente a Alajuelense, compromiso que se disputó en el Estadio Nacional de La Sabana para que la taquilla fuera aún mayor que lo que se podía recolectar en el Caribe.
En este enfrentamiento se habla hasta de amenazas de muerte, lo cual va más allá de lo futbolístico, pero que indirectamente –o directamente– afecta al cuerpo de jugadores que esta institución que ya tiene dos días sin entrenar y que también han reflejado en la cancha las penurias que muchos de ellos atraviesan al tener dos meses sin recibir sus salarios, lo que les impide llevar el sustento a sus hogares.
Lo que ocurre en las oficinas de esta institución es el reflejo de lo que ha pasado con Limón Fútbol Club en el Torneo Apertura 2019 donde los caribeños se adueñaron de la última casilla tras acumular tres puntos de los 21 posibles en las siete fechas que se han disputado hasta el momento.
Problemas económicos: nada nuevo para el fútbol nacional
Eta historia se ha repetido una y muchas veces más a lo largo de la historia del fútbol tico, unos hacen pública su situación y otros trabajan en silencio para su recuperación; sin embargo, cada uno de ellos han tenido varias vías donde destacan el resurgimiento o simplemente dejar que sus sueños deportivos mueran o sean tomados por alguien más.
Así se recuerdan travesías como la del Club Sport Herediano años atrás cuando sus mismos jugadores hacían rifas para poder abastecerse económicamente, la del Deportivo Saprissa hace aproximadamente 16 años cuando las deudas bancarias y con otras entidades públicas y privadas por poco acaban con la escuadra tibaseña hasta que el empresario internacional Jorge Vergara adquirió las acciones de la “S”.
Estos son algunos ejemplos que se suman principalmente a las de escuadras no tradicionales como lo que fue la Universidad de Costa Rica o incluso Guadalupe Fútbol Club, siendo conjuntos que arrancan aplausos de jugadores que están mejor colocados en equipos tradicionales. Tal es el caso de Jonathan McDonald, quien meses atrás expresó:
"Un equipo como la Liga está pasando problemas económicos, imagínense un equipo como Guadalupe que normalmente no tiene estadio lleno y no tiene patrocinadores como nosotros los tenemos. Así que, cada quien juega con lo que puede”. (Declaraciones ofrecidas a Columbia)
El futbolista además reconoció los esfuerzos de las diferentes dirigencias y de los jugadores por alcanzar grandes hazañas en la máxima categoría, tal es el reciente caso de la Asociación Deportiva San Carlos, el Municipal Pérez Zeledón o años atrás por parte de Brujas Fútbol Club o incluso el Municipal Liberia.
Todo esto se suma a la realidad actual de Limón Fútbol Club que podría no jugar el domingo venidero ante el Deportivo Saprissa, compromiso que aún sigue y seguirá en pie y por el cual los “morados” sí se preparan durante la semana a la espera de lo que ocurra con sus colegas caribeños.