La artillera costarricense ingresó al compromiso a los 68' minutos para intentar resolver la igualdad a 1 que se mantenía en el juego tras los tantos de Sinclair y Lloyd.
A pesar de ser superiores a su rival de turno, el pitazo del final del compromiso envió a las escuadras a la definición desde de lo once pasos, en donde la "tica" sería protagonista.
Rodríguez se encargaría de ejecutar el cuarto penal para su equipo, encaminando así la serie a favor de los de Portland, mientras que Morgan Weaver definiría la "muerte súbita" para conseguir el título.
De esta manera la delantera nacional suma otro título más para su palmarés y se proclama junto a sus compañeras como las monarcas de la liga de las campeonas del mundo.