—¿El equipo mantiene la confianza en lo que hace?

—El equipo está bien en ese aspecto y jugar bien se tiene que concretar en resultados positivos. Sabemos que así nos acercamos más a la victoria que a la derrota.

—¿No falta equilibrio?

—El único partido de ida vuelta fue el del Sevilla. Hay cosas que mejorar, claro, pero si esto pasa una vez en diez partidos es algo normal.

—Hay quien piensa que usted y Álex suben en exceso y se crean demasiados huecos...

—No creo que nos hayan metido goles por eso, compensamos bien los dos en quién sube y baja. El juego en las dos áreas es fundamental para los volantes. Yo prefiero acompañar, pero de forma inteligente, no irse arriba por irse.

—¿El partido del Espanyol es para usted una final?

—Es un partido importantísimo, pero no sólo este, la serie que viene. Llegó la hora de hacer valer Riazor y que se queden aquí los puntos.

—¿Percibe cierto desánimo?

—No, para nada. Escucho confiamos en ustedes, sabemos que pueden... Estamos capacitados para salvar al equipo y nos dejamos el alma siempre.

—¿Cómo ve al Espanyol?

—Es un equipo que en el frente de ataque es sólido y contundente. Necesitamos tener equilibrio en nuestra fase ofensiva para recuperar rápido el balón cuando se pierda.

—¿Qué le diría a los aficionados?

—Que no nos falta ambición y ganas de ganar. Estamos entregados a la causa hasta el final. No tenemos dudas y estamos seguros de nosotros mismos, que no confiados.

—¿Su gran debut le puede estar pesando?

—Entré haciendo goles y esa efervescencia se iba a diluir en goles. Pero en nivel de juego me he sentido muy bien. Llevo dos meses y la adaptación se me ha hecho rápida.

—Tras el Espanyol, selección...

—Gracias a Dios, estoy muy acostumbrado a ir a jugar con Costa Rica y llevo muy bien los usos horarios. No es algo que me afecte y siempre me encanta ir a jugar con mi país.

—¿Qué es lo que más le gusta de la Liga española?

—Me gusta ver los diferentes esquemas de muchos equipos. Las ideas están muy bien plasmadas en el campo y te obliga a pensar, te reta intelectualmente en el campo. Me fascina. Tácticamente es muy rica, es como sudoku que tienes que descifrar. Siempre tienes que buscar soluciones.