La historia se remonta a la lluviosa noche del 15 de octubre de 2013 en la Capital de Costa Rica, una ciudad que por poco se convierte en el principal testigo de un gran fracaso para los mexicanos, ya que Víctor Manuel Vucetich y sus dirigidos no viajarían a Brasil en 2014.
En las graderías del estadio se vivía una experiencia completamente distinta a la que estaban pasando los jugadores del “tri” en el banquillo; la desesperación por parte de Javier el “Chirarito” Hernández y sus compañeros era satisfactoria para los costarricenses, quienes estaban frustrando el sueño de los aztecas en la “Joya de La Sabana”.
La fiesta tica inició gracias a un gol por parte del capitán Bryan Ruiz, quien realizó un giro sobre su propio eje para posteriormente rematar directo al marco y dejar sin opciones a Guillermo Ochoa, quien aquella noche recibió dos goles, ya que más adelante Álvaro Saborío aumentó la algarabía en todo el país.
Previo a la anotación del jugador de la Asociación Deportiva San Carlos, Oribe Peralta puso el gol del empate; sin embargo, una combinación de resultados fuera de las fronteras costarricenses aumentó la desilusión de los internacionales.
La Selección de Panamá estaba haciendo lo propio en su casa ante su similar de Estados Unidos, pero un gol por parte de Graham Zusi revivió al plantel mexicano, quien festejó el gol del estadounidense como si hubiese sido en la puerta del portero Keylor Navas.
Con la derrota en suelo costarricense y con el tanto por parte de Zusi, México tuvo la oportunidad de buscar la clasificación en el repechaje ante la Selección de Nueva Zelanda, equipo al cual vencieron con un contundente marcador de cinco goles por uno.
Cuatro años después la historia cambió. Los mexicanos llegan al temido Estadio Nacional con su pase a la justa mundialista del año venidero, mientras que los nacionales esperan asegurar su boleto a falta de dos partidos más por disputar ante Honduras y Panamá.
A pesar de esto, Juan Carlos Osorio y su plantel buscarán cobrar venganza ante Óscar Ramírez y sus jugadores, quienes saltarán al campo de juego con la intención de que el quinto Mundial de Fútbol sea una realidad para la tierra que los vio nacer.