A la cita acudirán con toda certeza el suspense y el espectáculo, a tenor de lo mucho que han brillado estas dos selecciones en sus encuentros anteriores. Además, ostentan los mismos números: dos victorias, ocho goles a favor (mejor registro de la primera fase junto con Rusia) y dos en contra. En caso de tablas, el criterio de desempate es la puntuación por deportividad (LINK TO ADD), que ahora mismo favorece a los Tres Leones.
Espectáculo no faltó en su primer cara a cara, en la fase de grupos de la Copa Mundial 1954, que se saldó con un empate a 4-4. Suspense también hubo en su segundo y hasta la fecha último encuentro en el torneo, dado que David Platt anotó el gol de la victoria para Inglaterra en la prórroga (1-0). El tercero se espera con impaciencia.
El Análisis
Bélgica será el examen más difícil de Inglaterra hasta la fecha en Rusia 2018. Los ingleses no necesitan ganar, sin embargo Gareth Southgate cree firmemente en el espíritu de lucha y en mantener la racha, así que sus hombres saldrán a por todas. Esperamos varios cambios en la alineación, dado el poderío y la profundidad de Inglaterra y el deseo de Southgate de dar minutos de juego a jugadores a los que puede necesitar en la fase eliminatoria. Con Ruben Loftus-Cheek y Kyle Walker apercibidos, podría dar entrada a Danny Rose. También se especula que Harry Kane podría quedarse en el banquillo para dar a Jamie Vardy una titularidad en la Copa Mundial. Con todo, Southgate declaró a FIFA TV que no tocaría a los tres de la zaga.
Roberto Martínez lo dejó claro: habrá novedades frente a Inglaterra. El técnico español se toma el duelo muy en serio, pero quiere aprovechar que la clasificación está ya asegurada para dar un respiro a varias de sus figuras y minutos de juego a los suplentes. El esquema táctico (3-4-2-1) que tanto le gusta debería permanecer, lo que cambiará serán las caras, con al menos media docena de cambios en perspectiva. Se espera el regreso de Thomas Vermaelen y la ausencia de Romelu Lukaku, sustituido por Michy Batshuayi.
¿Sabías qué...?
Autores ambos de al menos dos goles en sus dos primeros compromisos, el inglés Harry Kane y el belga Romelu Lukaku han logrado lo que solo habían conseguido antes dos jugadores en la historia de la Copa Mundial: Sándor Kocsis con Hungría en 1954 y Guillermo Stábile con Argentina 1930). Curiosamente, sus selecciones fueron finalistas en esas ediciones.