Los Vatreni han sido hasta el momento una de las grandes sensaciones: llegan con pleno de victorias, como el cuarto equipo más goleador, y tras desplegar un juego vistoso y efectivo que tuvo su máxima expresión en la goleada a Argentina. Las expectativas en torno al equipo liderado por Luka Modric son tales que ya se piensa en igualar o superar el tercer puesto de Francia 1998.
Dinamarca también guarda buenos recuerdos de aquel Mundial, en el que llegó a cuartos, su techo histórico. Los escandinavos no parten como favoritos, pero si algo han demostrado es que rentabilizan como nadie sus recursos. De las 16 clasificadas a octavos, son la selección con menos goles a favor, dos, y la cuarta de las 32 participantes que menos ha rematado en fase de grupos. Pero llega invicta y con ganas de dar la campanada.
El Análisis
Zlatko Dalic anunció este partido como un verdadero examen para la generación dorada croata. Tras la victoria con Argentina las expectativas son altas. El seleccionador podría comenzar el partido con el mismo 11 que jugó entonces, lo que indicaría lo mucho que le gustó la actuación del equipo ante la Albiceleste. Los Vatreni tratarán de dominar en la cancha, con una presión alta de los atacantes. El buen papel de Milan Badelj ante Islandia podría ayudarle a entrar de inicio.
Mientras los croatas han estado sobresalientes hasta el momento, los daneses, pese a sumar 18 partidos invictos, han tenido dificultades para mantener su plan de juego en el torneo. Sin embargo, con los pronósticos favorables a los croatas, los daneses están disfrutando de su papel de tapados y aspiran a dar la sorpresa. La confianza en el equipo se verá impulsada por el regreso de su delantero Yussuf Poulsen tras su suspensión.
¿Sabías qué...?
No es un secreto que Christian Eriksen es la principal arma ofensiva de la selección danesa. De sus botas salieron el gol ante Australia (1-1) y la asistencia del tanto del triunfo ante Perú (1-0). Pero además es el jugador que más distancia lleva recorrida en este Mundial: 36km.