A las 11:05 a.m., el árbitro central Ricardo Montero dio el aval para que iniciara el Clásico Nacional número 317, partido que finalizó con un marcador de 1-0 y que desde los primeros minutos se percibió la entrega de ambas escuadras.

La primera jugada peligrosa se dio cerca de los diez minutos desde las piernas  Daniel Colindres, futbolista que remató hacia el arco protegido por Mauricio Vargas y este le respondió con atajadas que arrancaron los aplausos de la afición “manuda”.

Otro de los jugadores que insistió en las redes “liguistas”, fue el atacante Johan Venegas, quien no fue bien recibido en la “Catedral del Fútbol” pero este hizo caso omiso y de igual manera inquietó a sus contrarios.

Conforme pasaron los minutos, lo dirigidos por el Director Técnico Luis Diego Arnáez tomaron más posesión del esférico y el arquero Kevin Briceño tuvo que alistar sus guantes para detener la gran cantidad de remates de los locales.

Entre Barlon Sequeira, Jonathan McDonald, Jonathan Moya y Alexander López, nacieron las opciones de LDA en el área de los tibaseños, siendo el ex saprissista quien desaprovechó una oportunidad de oro frente al seleccionado nacional, Kevin Briceño.

Cerca del cierre del cotejo, Allen Guevara le robó la pelota a Michael Barrantes en el fondo de su área, el “manudo” le dio un pase a profundidad a Moya y este no pudo concretar frente a su contrincante en las redes, acción que fue reclamada por los “erizos” que apoyaban desde las graderías.

Estas son algunas de la gran cantidad de acciones que se dieron en la primera etapa y tras tres minutos de reposición, Montero finalizó el partido y los equipos con mayor tradición de Costa Rica se marcharon al descanso.

En el trayecto hacia los camerinos, la situación se le quiso descomponer al mundialista Montero porque “manudos” y saprissistas le reclamaron ciertas decisiones que tomó en los primeros 45’; sin embargo, esto no pasó a más y continuaron su camino hacia las duchas.

En el tiempo complementario, Arnáez realizó una variante que parecía ser obligada; el defensa Kenner Gutiérrez abandonó el césped y su lugar lo tomó el alto defensor Allan Miranda.

Esta variante no afectó a la “S” y por el contrario, aumentaron su presión ante su más acérrimo rival y durante los primeros minutos del segundo tiempo, se adueñaron prácticamente del dominio del balón pero sus jugadas no pasaron a más en 58’ de juego.

Los minutos se acumularon en los cronómetros y el marcador seguía 0-0, la ansiedad se percibía en el campo de juego, banquillos y en las graderías, donde nació la segunda variante de Alajuelense.

El DT de la Liga escuchó el clamor de sus aficionados y avaló el cambio de Allen Guevara por Roger Rojas, quien minutos más tarde pudo festejar la anotación de su amigo de goles, Jonathan McDonald.

El partido estaba para cualquiera a los 68’, pero los “liguistas” no bajaron los brazos y planificaron una jugada desde las piernas de Meneses que llegó a McDonald y posteriormente este movió las redes de Kevin Briceño.

Esta anotación del número 19 de Alajuelense puso a vibrar cada rincón del Estadio Alejandro Morera Soto, la algarabía se hizo presente y el Clásico Nacional se tiñó de rojo y negro.

La intención de los tibaseños ´por igualar los números se hizo presente, pero la localía pesó más y los tres puntos se sumaron a la causa de la Liga Deportiva Alajuelense, quien acabó con el invicto del Deportivo Saprissa.