El compromiso en el Estadio Nacional de Costa Rica en La Sabana nos presentaría a las dos mejores selecciones de la Concacaf frente a frente, en una clásica guerra de trincheras en defensa, una batalla de estrategias en el medio campo y la artillería guardada en las delanteras.

El sueño nacional de acompañar a su rival de turno como las únicas selecciones clasificadas del orbe sería claro, tan así que Bryan Ruiz buscaría el primer balazo para acabar con el muro azteca que se impuso en La Joya de La Sabana.

El capitán de La Sele tuvo la primera muy temprano, tan solo corrían 15 segundos del juego, cuando probó suerte con la zurda pero el disparo fue repelado por el arquero mexicano Guillermo Ochoa, el mismo que en el compromiso anterior brilló como la figura mexicana en el juego.

En el tiro de esquina los patrios buscarían la sorpresa de nuevo, pero el arquero azteca y la defensa libró la batalla y disminuyeron las revoluciones, tanto así que la próxima jugada de peligro la tendría México en los tacos de Hirving Lozano, pero no generaría mayor peligro al fuerte costarricense, defendido por Keylor Navas.

Las opciones de peligro llegarían a cuenta gotas, los equipos se dividían el control del balón, las acciones eran divididas con disputas en el medio del campo y dos defensas bien selladas y sin regalar opciones en el compromiso.

Minutos más tarde de un par de llegadas de Celso Borges sin complicar a “Memo” Ochoa llegaría la más clara azteca, en los tacos de Gallardo, el lateral izquierdo arrancó las marcas y se metió al mesón costarricense, con un zurdazo que Navas repeló de gran manera, sería el primer anuncio que sería una batalla dura de librar.

El balón se fue al tiro de esquina luego del disparo del azteca y de nuevo los mexicanos tuvieron una opción clara de hacerle daño a los patrios, justo cuando Francisco Calvo rechazó el balón pero quedó servido para el defensor Héctor Moreno que disparó de seguido, pero los reflejos felinos del arquero costarricense le diría que no.

Dos minutos más tarde los hombres que vestían de verde tendrían otra perforación al muro tico, cuando Jonathan Dos Santos probó suerte de largo, empleando a fondo al costarricense, en su tercera intervención importante en el juego.

La respuesta tica llegó 3 minutos más tarde, corría el minuto 33’ en los relojes de los 35.000 asistentes en el parque metropolitano La Sabana, cuando Bolaños arrancó en solitario en ofensiva, pero le dejaría un peluche a Memo Ochoa, un guardameta que dejó claras las intenciones visitantes de gastar la mayor cantidad de segundos cada vez que tocaba el balón.

El control de la selección costarricense se veía diezmado en un juego donde Bryan Ruiz dejaba un mal sabor de boca, mal control del balón, impreciso en sus pases y muy lento ante la presión del medio del terreno de los muchachos de Juan Carlos Osorio.

La jugada más clara antes de la anotación mexicana la tendría el capitán, en una acción para lavarse la cara ante los disgustados aficionados que se acercaron al casco central costarricense, pero la mala decisión de Ruiz pesó y disparó por arriba de los tres postes.

Movió el equipo azteca y en la jugada siguiente metió el golpe fatídico en el combinado tico, cuando Raúl Jiménez despertó a Francisco Calvo, el azteca centró, se encontró al hermano Dos Santos con menos participación en el juego. Giovanni pecheó el balón, pero de nuevo los reflejos de Navas cerrarían la puerta.

La mala fortuna costarricense se vería reflejada en Cristian Gamboa, quién estaba donde no tenía que estar y se le estrelló el balón, a pesar del intento del lateral y el arquero el balón se coló en el fondo para abrir los carteles en el país centroamericano.

Para el segundo periodo Óscar Ramírez movió sus fichas en el rectángulo de juego de La Sele, y metió a dos jugadores ofensivos como Johan Venegas y Rodney Wallace, para pasar a jugar con una línea de 4-4-2. Se dejarían espacios en defensiva, que Osorio y compañía buscarían aprovechar con velocidad, justo cuando ingresó Jesús Corona. 

Su primera acción sería la más peligrosa al inicio del segundo periodo, cuando en un contragolpe le dejaron el balón servido cuando atacaban tres contra uno, el balón quedó servido en bandeja de plata pero el delantero azteca no aprovechó y se encontró con un Keylor Navas que se hacía cada vez más grande y salvaba al cuadro nacional en el juego. 

La más clara costarricense estaría en los pies de Marco Ureña, el delantero costarricense tras una gran jugada en combinación del cuadro nacional que acabó Ureña con un disparo fuerte y colocado, pero que Memo Ochoa repelaría con un vuelo espectacular para enviar el balón al córner, justo cuando Daniel Colindres hacía su debut con la máxima representación patria. 

El mismo delantero morado tendría la segunda más clara, cuando el cuadro nacional encimaba en ofensiva, Colindres hizo su jugada clásica, cortó hacia dentro y probó suerte, pero el arquero mexicano cerraría todas las puertas y ventanas de la casa de Osorio en San José. 

La Sele seguiría encimando y buscando cada vez más la anotación, pero el mejor cambio de Óscar Ramírez en la noche sacaría una gran jugada de la manga y el centro que iría pasado, el otro delantero, Rodney Wallace hizo lo que tenía que hacer, recentró el balón, la pelota quedó larga para la "Torre" Kendall Waston, pero como venía le pegó Ureña para guardar la pelota en la casaca de Memo Ochoa, con un auténtico golazo en la Joya de La Sabana, para poner a todos los ticos a cantar el gol que nos acerca al Mundial. 

La última jugada de peligro, la que nos metía al mundial, la que caprichosamente nos dijo que no la tuvo Johan Venegas, el volante no entró fino al juego, pero tuvo para lavarse la cara y convertirse en héroe sin capa. El volante recibió el balón tras un pelotazo de Bryan Ruiz, el mismo que mientras La Sele empataba y buscaba el gol pedía calma, que no fueran todos arriba. 

Johan Venegas bajó el balón con el pecho, le puso la almohada y se perfiló con la derecha, el disparo increíble que lastimosamente se estrelló en el palo y atragantaba el gol en las 4 millones de gargantas que estaban atentas del final del juego en La Sabana. Johan Venegas, sus diez compañeros, Óscar Ramírez y todos quedamos incrédulos de como el balón no quizo entrar, en la última jugada del compromiso. 

Con este resultado no clasificamos matemáticamente, pero nos deja con una probabilidad del 99,7% de meternos en los bombos de Rusia 2018. La Sele deja un buen sabor de boca tras el gran compromiso ante Estados Unidos en Nueva Jersey, y con un equipo que siempre luchó para meterse al mundial ante México en casa.