El derby del Caribe, desde el Juan Gobán se convirtió por mucho, en el compromiso menos atractivo de esta clasificación de los últimos años, dos equipos lejos de aquel fútbol que nos habían conquistado el alma, con buen toque de balón y opciones en ofensiva.
El mal momento de los dos clubes que representan a Limón en la máxima categoría del país, estaría sin el típico sabor del Rice & Beans, el Pambón y el Patí. Los dos coleros del torneo, que nada más habían ganado un compromiso en el apertura 2018 encontraron en la casa de los limonenses la mejor opción para apartarse del fondo de la tabla, además, de ganar confianza en el torneo.
Los muchachos de Johnny Chaves y Horacio Esquivel vivieron los primeros 45 minutos sin claridad, sin poder embarcar a fondo las jugadas en ofensiva, por lo que la primera mitad del derby del caribe nos dejaba un 0x0, reservando cualquier pronóstico para el segundo tiempo.
En la charla del medio tiempo, parece que las indicaciones de Johnny Chaves calaron mejor que las de Horacio Esquivel, y en tan solo 4' minutos del compromiso, desde el punto fatídico encontraría Starling Matarrita la oportunidad de abrir el marcador.
El delantero santista, con nervios de acero rompería el muro defensivo comandado por Bryan Cordero, que nada más pudo ver arrodillado como su esfuerzo no alcanzaba para evitar la ventaja guapileña.
Los minutos corrían, la ventaja era para los visitantes, que, con cautela, buscaban aumentar la ventaja, mientras que los locales buscaban hacer la hombrada y voltear el marcador, para conseguir sus segundos tres puntos en el torneo, y los primeros en casa.
Horacio Esquivel movía sus piezas del ajedrez, sin embargo, el clásico del caribe seguía volcándose al lado del equipo rojiblanco, que empezaba a manejar la victoria en uno de los estadios más complicados del torneo.
Sobre el final del compromiso los muchachos de Johnny Chaves, en los pies de Osvaldo Rodríguez pondría la calma, tras un tiro libre que contó con más que la ayuda del arquero rival. El cobro era fuera del área, aproximadamente 30 metros del arco rival, el disparo era razo y suave, el equipo limonense salía a velocidad, a buscar el contragolpe.
Sin embargo, la mala fortuna se haría del guardameta Cordero, que en un balón de rutina cometería un error para siempre recordar. El disparo no llevaba mucha potencia, el arquero se colocó para atenazar el balón, sin embargo, soltó el balón y se coló al fondo de las redes, con un error que hizo preguntarse a todos los asistentes al estadio por qué Dexter Lewis estaba en el banquillo.
El final del compromiso se descompuso, y acabó con las expulsiones de Starling Matarrita y Jefferson Brenes, al minuto 87' en un compromiso que ya tenía ganador.
Con esta victoria, los muchachos de Johnny Chaves hunden más el barco limonense, que no ha encontrado buen puerto en el torneo actual, mientras que los santistas respiran un poco, sin embargo, su bote también tiene agua en el fondo.